Cuidado con el apalancamiento, que puede acabar con los ahorros
Inversiones
Escrito por MoneyController el 16.12.2024
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El apalancamiento es una estrategia que puede multiplicar las pérdidas o ganancias de un instrumento financiero. Por eso no puede ser adecuado para el horizonte de inversión de un ahorrador que pretenda acumular un determinado capital.
¿Cómo es posible que los fondos tengan un rendimiento tan superior al de otros productos financieros? Depende, por supuesto, de la composición de la cartera. Sí, pero ¿cómo es posible que algunos productos que reproducen la composición de un índice puedan tener un rendimiento muy, muy diferente al del propio índice? Una posible respuesta está en el llamado «apalancamiento»: mediante capital prestado, es posible multiplicar los resultados de la trayectoria de un valor financiero o índice bursátil.
Como escribe Jonathan Weil en el Wall Street Journal (WSJ), los ETF apalancados han experimentado recientemente cierto éxito en Estados Unidos. Sin embargo, se trata de instrumentos financieros que, precisamente por el efecto de apalancamiento, corren el riesgo de deparar a los inversores algunas sorpresas desagradables: ya en 2010, leemos en el WSJ, Ted Seides escribió sobre los «sorprendentes costes de la volatilidad».
La cuestión es que la volatilidad conlleva costes considerables cuando se amplifica con el apalancamiento: esto se debe -explica Seides- a que la necesidad de reequilibrar la cartera en función del apalancamiento lleva a comprar en los momentos de subida de los precios de mercado y a vender en las fases bajistas (es decir, cuando los precios caen). Por tanto, cuanto más volátil es la trayectoria de un valor, más tiende el apalancamiento a erosionar los activos invertidos.
Weil escribe en el WSJ que sería mejor observar la rentabilidad de los fondos apalancados que poseer participaciones en ellos. En general, de hecho, se trata de inversiones que requieren necesariamente la gestión de un profesional (que debe saber utilizar, por ejemplo, productos derivados), así como un horizonte de inversión a menudo a corto plazo y un fuerte apetito por el riesgo: todas ellas características ajenas a quienes ahorran con el objetivo de acumular un cierto patrimonio.
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