Bolsa e hipotecario: dos mundos con un comportamiento similar​

Finanzas conductuales

Escrito por Francisco Martínez Márquez el 04.09.2023

En el mundo de las finanzas, existen dos ámbitos aparentemente disímiles, pero que comparten sorprendentes similitudes en cuanto a cómo las personas toman decisiones financieras. Estos dos mundos son la Bolsa y el mercado hipotecario. A primera vista, podríamos pensar que son incompatibles, pero cuando profundizamos, descubrimos que la psicología del inversor, ya sea en la Bolsa o al solicitar una hipoteca, sigue patrones sorprendentemente parecidos. En la Bolsa, los mayores volúmenes negociados se dan en las sesiones de mínimos, tras una fase bajista, y en máximos históricos. En el mercado hipotecario ocurre igual cuando se alcanzan tipos de interés extremos. En el primer semestre de 2022, las hipotecas firmadas hicieron máximos. Entre este año 2023 y el próximo 2024, previsiblemente se registrará un récord de renegociaciones. Detrás de todo ello: el comportamiento humano y su mayor o menor racionalidad.

La Bolsa: la emoción de los extremos

En el apasionante mundo de la Bolsa, muchos inversores experimentan una montaña rusa de emociones. En los momentos en que el mercado alcanza máximos, el ahorrador inexperto que no ha tomado decisiones de inversión con su dinero por falta de conocimiento y/o experiencia, a menudo se siente impulsado por comprar para no perder la “oportunidad”, seducido por el optimismo reinante en los medios de comunicación y el entorno. Pero, paradójicamente, la “oportunidad” pasó hace tanto tiempo como el transcurrido desde que acabó el último mercado bajista y el pánico desaparecía de los titulares. Entonces, cuando el mercado estaba en mínimos, las emociones impulsaban a este inversor a vender, por el miedo a que la caída fuese mayor.

Por el contrario, el inversor bien informado, con experiencia, o aquel que cuenta con asesoramiento de profesionales, toma decisiones más racionales y acude al mercado para aprovechar la “oportunidad” en sentido contrario al percibido por el inversor emocional. Esto se traduce en que, tanto en máximos como en mínimos, el volumen de transacciones aumenta considerablemente. Como en las afluencias a conciertos: las colas se forman tanto al entrar y como al salir. Si llegas tarde o te vas antes de que termine la música, los accesos y las salidas están despejados.

Mercado hipotecario: de lo emocional a lo racional

El mercado hipotecario, a pesar de ser un mundo financiero diferente, no está exento de este “juego” entre la emoción y la razón. En 2016, las condiciones para el endeudamiento eran excepcionales: tipos de interés entrando en negativo, abundante liquidez, inflación por debajo del 2% e, incluso, la amenaza de deflación. Todos estos factores impulsaron un auge en la actividad hipotecaria, tanto por motivos racionales como emocionales. Desde un punto de vista puramente racional, tomar préstamos en estas condiciones era lógico. Los inversores podían tomar prestado dinero a tasas muy bajas y canalizarlo hacia proyectos con rentabilidades esperadas que superaran con creces los costes de financiación y las primas de riesgos asumidas. Sin embargo, las emociones también jugaron un papel importante y muchas personas tomaron préstamos hipotecarios no necesariamente respaldados por proyectos sólidos, a menudo para sustituir consumo futuro por presente o para emprender inversiones a menor coste, pero sin plazo o expectativas sólidas. Aunque, eso sí, con mucha ilusión y entusiasmo.

Ahora, en un escenario completamente distinto al de 2016, con un aumento histórico de las tasas de interés, estamos viendo un boom de las renegociaciones hipotecarias para ampliar plazos y mejorar los costes de amortización de aquellos préstamos. Hoy, los endeudados en variable desde una perspectiva de comportamiento racional buscan reducir los costos de interés pendientes, renegociando o refinanciando mediante subrogación, en anticipación de una posible moderación de precios. Los hipotecados emocionales, por el contrario, por el miedo a que los costes de interés pendientes continúen subiendo hasta el infinito, renegocian su hipoteca a tipo variable para cambiar a fijo, precisamente ahora que la subida de tipos se acerca a su fin y lo que tiene sentido es el tipo variable.

¿Qué debes hacer si estás endeudado?

Si te encuentras en una situación de deuda hipotecaria, la clave está en tomar decisiones racionales para optimizar el resultado de tu gestión patrimonial. Puedes considerar renegociar con tu entidad bancaria, subrogar mejorando condiciones o, incluso, amortizar anticipadamente. Lo que resulte ser más rentable en tu caso. Pero recuerda: rentabilidad esperada neta de tus inversiones, considerando costos y fiscalidad, debe superar el coste de financiación más la prima de riesgo asociada.

En resumen, aborda esta decisión como parte de una planificación financiera integral, teniendo en cuenta expectativas realistas del mercado y tu situación financiera personal. Cuando se trata de tomar decisiones de este calibre, el equilibrio entre la emoción y la razón es fundamental, ya sea que estemos hablando de la Bolsa o del mercado hipotecario. La asesoría profesional también puede servirte de gran ayuda para navegar entre estos dos desafiantes mundos –bursátil e inmobiliario–. Aquí estoy, como siempre, a tu servicio para ayudarte.

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