La gestión patrimonial: vital para el futuro de la empresa familiar

Asset Management

Escrito por MoneyController el 02.02.2021

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El objetivo principal que establecen la mayoría de las empresas familiares de éxito para garantizar su continuidad en el futuro es el crecimiento de su patrimonio. Lo ha testificado así Amadeu Jori, presidente de la Asociación Catalana de la Empresa Familiar, territorial en Catalunya del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), en los Diálogos en La Vanguardia llevados a cabo esta semana para analizar, precisamente, la gestión del patrimonio en las empresas familiares, que son una importante fuente de riqueza y de empleo del país. 

“Se habla mucho de la necesidad de profesionalizar la dirección y la gestión de la empresa, pero en cambio no se valora tanto la importancia de profesionalizar la gestión del patrimonio, que también requiere una especialización adecuada”, afirmó José de Alarcón. director general de negocio de Andbank en España. “que no hay ninguna empresa ni ninguna familia igual. Para poder orientar bien la gestión patrimonial, por tanto, hay que conocer previamente las necesidades de la empresa y de la familia, así como el contexto, la casuística y los objetivos que tienen. Cada una, además, se encuentra en momento y etapas diferentes. La profesionalización de la gestión del patrimonio es más importante a medida que se avanza en las generaciones familiares porque la familia crece, los intereses de cada miembro pueden ser muy diferentes y se multiplica la posibilidad de discrepar. A medida que crece el número de miembros de la familia cuesta más armonizar los intereses de cada uno de ellos. A partir de la tercera resulta ya imprescindible si se quiere garantizar la continuidad del proyecto familiar”.

Amadeu Jori reconoció que “El principal objetivo de los empresarios familiares es siempre pensar en la empresa y crear empresa. En el caso de que tengan excedentes, lo primero que se les ocurre es reinvertirlos en la propia empresa, crear otra nueva o invertir en otras que ya existan. Pocas veces enfocan la gestión de sus excedentes desde un punto de vista financiero”. En las grandes empresas y en algunas familias se ha creado la figura de la oficina de gestión del patrimonio, más conocida como family office, que también debería dirigirse con criterios profesionales.

El profesor Josep Tàpies, desde el IESE, coincide en que es necesario profesionalizar la gestión de las finanzas. “Pero hay que decir a ese profesional lo que se quiere y definir cuánto riesgo y volatilidad se está dispuesto a asumir. La ventaja de las familias empresarias es que apuestan siempre por el largo plazo y, en ese caso, la volatilidad de los mercados es mucho menos significativa”. El objetivo de la gestión patrimonial debe ser la preservación del capital que ha generado la empresa familiar a efectos de garantizar el futuro, con la asunción de un riego bajo.

José de Alarcón, desde Andbank, salvaguardó, en cualquier caso, que para las empresas familiares es mejor contar con un asesor externo para gestionar su patrimonio que con un miembro de la familia, ya que ello reduce el riesgo de tensiones por las decisiones que se puedan tomar. Explicó, en este sentido, que en el caso de las inversiones en los mercados bursátiles hay que ajustar mucho el nivel de volatilidad y de riesgo que se quiere asumir. De ahí que establecer el horizonte temporal resulte muy importante, porque durante el camino se pueden registrar pérdidas.

Es el consejo de familia, con representación de todas las ramas familiares, quien debe establecer los mecanismos adecuados de decisión y de supervisión de la gestión del patrimonio generado por la empresa familiar, aconsejó Amadeu Jori. El presidente de la Asociación Catalana de la Empresa Familiar también se mostró partidario de que la gestión del patrimonio la lleve a cabo un profesional externo, pero insistió en la necesidad de una dirección y supervisión muy estrecha por parte de la familia.

Antoni Murt, desde EY, lamentó que no se protege la reinversión de los beneficios ni la acumulación de patrimonio, que forman parte de la estrategia de las empresas familiares para prepararse hacia el futuro. “Paradójicamente –señaló–, la tendencia de las empresas familiares a no repartir dividendos y crear reservas para asegurar el futuro de la empresa está penalizada en el impuesto sobre el patrimonio, así como en el de Sucesiones. La legislación actual debería cambiarse”.

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