¿Qué es un bono y como se compra?
El tipo fijo y el tipo variable
Bonos ordinarios y bonos estructurados
Los tipos de riesgo asociados a los bonos
¿Qué ventajas tienen el emisor y el suscriptor de un bono?
Los bonos son títulos de crédito con fecha de vencimiento que un inversor recibe tras haber pagado una determinada cantidad de dinero a una empresa, una compañía privada o un organismo institucional. Por lo tanto, se dividen en al menos tres categorías: a) “bonos gubernamentales”, si los emite un país soberano (“bonos del Estado”) o una institución pública; b) “bonos corporativos”, si los emite un banco, una empresa o una corporación privada; c) “bonos supranacionales”, si los emite un organismo supranacional. Para el prestamista - el llamado “emisor” - un bono, en cambio, representa naturalmente un título de deuda que debe ser reembolsado al vencimiento.
Los bonos pueden comprarse directamente al emisor. Se habla por tanto de compra en el mercado primario. Si los bonos se compran después de la emisión, se habla de compra en el mercado secundario. En este segundo caso, el precio del bono será decidido por la dinámica de compra y venta del mercado y el tipo de negociación. Los costes incluyen la fiscalidad prevista en el país en cuestión.
Quien posee un bono no sólo tiene derecho a que se le devuelva el dinero al vencimiento del mismo, sino también a recibir un determinado interés regular (llamado “cupón”). En el caso de que la regularidad vaya acompañada de un tipo de pago fijo, el bono se llamará “de tipo fijo”; en el caso de que el tipo esté vinculado a un índice de referencia (tipos de interés, inflación, el mercado de divisas, etc.), el bono se llamará “flotante”.
Vale la pena mencionar que el tipo de bono más clásico, el llamado bono “ordinario”, puede estar flanqueado por otro tipo: el llamado bono “estructurado”. Se trata de una combinación de un bono ordinario y un contrato de derivados, cuya rentabilidad depende de otras variables financieras (índices bursátiles, pero también fondos de inversión, tipos de cambio, materias primas, etc.).
Los bonos prevén el devengo de intereses regulares por al menos dos razones: i) para retribuir el esfuerzo de quienes han comprometido una cierta cantidad de dinero en el bono durante un determinado periodo de tiempo (dinero del que no pueden disponer); ii) para poner precio al riesgo que supone la compra y tenencia de cada bono.
He aquí tres tipos de riesgo que conlleva la compra de un bono (un cuarto riesgo, sólo por mencionarlo, está relacionado con el tipo de cambio entre los bonos cotizados en diferentes monedas).
La ventaja de un bono reside, para quien lo emite, en la posibilidad de financiarse en condiciones más ventajosas que las que permitiría el recurso a las instituciones de crédito, como un banco. La ventaja para los que suscriben un bono radica en que se les devuelve el dinero ingresado más los intereses acumulados mientras tanto.
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